Una historia con muchas lecturas

Me han pedido que escriba un texto para el blog.
Yo no soy muy de estas cosas, prefiero la pluma y el papel, y saber a quien se lo escribo, saber el destinatario final.
Curioso en un actor. Curioso en una profesión en que aspiras a no conocer a la persona a quien se destina tu trabajo. En trabajar para la mayor cantidad de desconocidos.
Acabo de salir de ver El Lector. Sé que es un ejercicio de clase y que lo comentaremos en su momento desde la óptica didáctica que corresponda.
Pero hoy soy espectador. Espectador afectado por la historia.
Evidentemente la película, las actuaciones, etc etc. son lo suficientemente buenas para que en la mente quede la historia.
Una historia con muchas lecturas.
Una historia con una lectura particular para cada uno.
Para mí.
Lo que queda de algo que se me ha clavado muy hondo. Es el recuerdo de la inocencia en una juventud en la que no es secreto lo que los demás hacen que lo sea. En que no está mal hecho lo que los demás creen que lo está.
Me recuerda que el pasado, a veces (o siempre) ha de dejarse en el pasado. No revisitarlo. Y si se revisita, mejor desde lejos, con alma de voyeur, de espectador, sin volver a actuarlo y sin escribir el ultimo acto de algo que ya acabó. Aunque no acabara.
La vergüenza es, a veces, más fuerte que el amor. Y la inconsciencia más importante que la sabiduría.
Al fin y al cabo, si miramos al fondo de la película, eliminando los nazis, los juicios, los errores y las convicciones, queda algo que todos hemos hecho.
Sobre todo los que hemos vivido.
O al menos, yo lo he vivido
¿Tú no?

Carlos Diez “Klaus”.-

0 comentarios:


 

Copyright 2008 | La Compañía Cine