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Ramón Salazar es el último cineasta transgresor español (Ahora que Almodóvar se ha vuelto vintage). Quizás es MUY GRANDE mi afirmación, pero si es cierto que se arriesga como nadie en cada uno de sus proyectos y rompe con creces el concepto (tan indebidamente tratado) de “CINE ESPAÑOL”.

Con su primer trabajo, “Hongos”, en 1998, Ramón sorprendió a público y crítica con un cortometraje multipremiado a nivel nacional e internacional.

Su primer largometraje, “Piedras”, en 2002, fue el único título español a competición en el Festival Internacional Cine de Berlín ese mismo año. “Piedras”, ha sido galardonada internacionalmente en los Festivales de Cine de Flanders, Galway y San Francisco, e incluso le valió en su día la nominación al Goya como Mejor Director Novel. En ella encontramos la mejor interpretación (a mi juicio) de Antonia San Juan, la gran dama del teatro español actual (Otras mujeres, Las que faltaban o Matrimonio de Boston). En sus obras de teatros Antonia está “inmensa”, ha sido premiada en multitud de festivales internacionales…Aunque es una pena que en España sigamos viéndola como La Agrado, fabulosa en su momento, pero con fecha de caducidad…

En el año 2005 presenta 20 centímetros”, su segunda película, con la que hace realidad su sueño de rodar un musical y obtiene en el Festival de Cine Español de Málaga el Premio de la Crítica, Mejor Música y Mejor Maquillaje.20 centímetros es una película compleja y dura, gratamente “edulcorada” con colores y canciones pop..

Actualmente se encuentra inmerso en la preproducción de su próximo largometraje: Dios en mi cama, que comenzará a rodarse este año.

Además de ser un gran director, Ramón Salazar es un gran “profesor”, realiza cursos maravillosos con actores. Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar de él en La Compañía Cine. Estará con nosotros los días 12, 13 y 14 de Junio.

vayan tomando sitio…porque empieza la acción

Isidro



Ramón Salazar rodará un drama coral con tintes de 'realismo mágico':

El cineasta malagueño trabaja ya en su tercer largometraje, que transcurrirá entre Málaga, Madrid, Barcelona y París ·




En el reparto figurará su actriz fetiche, Mónica Cervera

El cineasta se enfrenta a su trabajo más ambicioso, una película centrada en el trabajo de diez personajes, muy diferentes entre sí.

Dispuesto a sorprender y convencido de estar trabajando para "subir escalones". Ramón Salazar (Málaga, 1973) se enfrenta a su tercer largometraje con las miras puestas en una drama coral con tintes de realismo mágico, "donde el interior de cada personaje cuenta mucho en el devenir de la historia", remata el director de Piedras y 20 centímetros. A principios de 2009 comenzará el rodaje en múltiples escenarios de Málaga, Madrid, Barcelona y París. Contará con diez personajes protagonistas, el reparto está "casi cerrado", incluye a actores "muy conocidos" y la participación de Mónica Cervera, su actriz "talismán".

Una parte importante de la acción transcurrirá en distintos rincones de Málaga con actores locales y con un casting previo. Entre las localizaciones figurará la estación de autobuses de Málaga, espacios Churriana (su pueblo natal), y otros exteriores aún por determinar donde el cineasta buscará realengas, banquetes de bodas y casa pobres.

Con título aún por concretar, la nueva apuesta de Salazar estaba pensada en un principio para un cortometraje "se me ocurrió la historia de un paseo de veinte minutos por Madrid donde la cámara iba de un personaje a otro como hilo conductor y cada personaje representaba un capítulo específico", resume su autor.

En los tres años que han pasado desde la presentación de su segundo largometraje, Salazar ha dejado pendiente de financiación otro guión, una coproducción con intérpretes extranjeros que se realizará en París "si todo sale bien" tras el rodaje de ésta.

Puestos a descubrir alguna referencia a trabajos previos, el malagueño encuentra en su nuevo trabajo alguna que otra similitud con Piedras, "por ese retrato coral de una sociedad y de personas con algún tipo de carencias. Si hay algo que me atrae mucho son los entramados corales donde lo que hace uno influye directa o indirectamente en los demás", confiesa.

Inmerso en el que es "por ahora" su empresa "más ambiciosa", Salazar pone el acento del desafío en los escenarios y el trabajo con los actores. "Es una historia que tiene el ritmo impuesto en el cambio de localización", sostiene. Precisamente, el trabajo directo, casi artesanal con los actores es uno de sus mayores alicientes a la hora de enfrentarse a un rodaje de estas características. "Me pone el reto de igualar a personajes que se mueven en ámbitos muy diferentes", reconoce.

Cinéfilo por definición propia y con debilidad por los directores de actores, el malagueño cuenta entre sus genios de cabecera con Jean Renoir en La regla del juego, Tomas Anderson en Magnolia y Vidas Cruzadas de Robert Altman.

La película que prepara en esto momentos no llegará a tiempo para presentarla en la próxima edición del Festival de Málaga (en primavera) pero Salazar pretende hacer durante su celebración una presentación del rodaje y que la cinta entre a concurso en la edición de 2010.

Tras el éxito de crítica y público cosechado con sus anteriores proyectos, el realizador afronta esta nueva película "con más calma, como una historia más de aprendizaje y disfrute", expresa. Consciente de pertenecer a una profesión que se asemeja más a "una carrera de fondo", Salazar se ha propuesto en su tercer largometraje impresionar con un gran salto "en cuanto a todo lo que he aprendido en estos siete años de carrera". Cada incitativa que emprende se la plantea como " un reto creativo" un camino para descubrirse a sí mismo y localizar sus "puntos fuertes y carencias", añade.

Sus dos largometrajes anteriores han recibido el beneplácito del festival de Málaga, un trampolín que Salazar califica de "imprescindible" para el cine español actual. "Es un punto de referencia anual y un escaparate para todos nosotros, se esté o no en la sección oficial. Piedras no entró porque estaba seleccionada en Berlín y no era compatible, pero me organizaron un estreno en Málaga y se preocuparon por mi película", recuerda.

Poco amigo de las etiquetas, a Salazar no le desagrada el título de director novel o director revelación en tanto en cuanto le coloca en el inicio de un objetivo mayor. "Los directores tenemos una meta, y es colocarnos en la liga de los consagrados, los que tienen su público, que hagan lo que hagan le responde. A quienes las productoras les escuchan cuando llevan su propuesta y le toman en serio". Y como ejemplo menciona a Iciar Bollaín y Julio Medem. "Mientras, estás jugando en otra liga", sentencia.

(Málaga hoy)

Llevará a cabo el curso intensivo:















“La construcción del personaje"
En el que a lo largo de tres días trabajará mano a mano con el actor en la creación de
varios personajes, examinando y valorando las necesidades individuales de cada uno de
los alumnos a la hora de enfrentarse desde cero a la construcción de sus personajes.

Con todos los sentidos


La Compañía es visión.
Visión de calidad por la talla y dedicación de cada uno de sus docentes y colaboradores.
Visión de claridad en cuanto a la trasparencia de sus objetivos: lograr una formación audiovisual que integre conocimiento, práctica, continuidad.
Visión de futuro porque vive el presente como una busqueda, con impulso y dirección, encaminada a la comprensión del medio audiovisual en cada uno de sus formatos.
La Compañía es gusto.
El gusto por el trabajo artesanal, bien realizado, bien planteado, aprovechando al máximo cada recurso y las últimas tecnologías para lograr un desarrollo pleno con cada actividad.

La Compañía es olfato.
Un olfato alerta, fino y certero que le permite estar al tanto de las corrientes tanto artísticas como tecnológicas para lograr beber de las fuentes reales de la cultura actual.

La Compañía es tacto.
Ese tacto que se pone en evidencia en el cuidado de sus producciones y en la atención, apoyo y cariño que le brinda a cada uno de sus alumnos, integrantes y allegados.

La Compañía es escucha.
"Escucha,observa, escucha, mira con atención, escucha, concentrate, escucha" con este mensaje
Meisner nos propone que, en la interpretación, la escucha debe estar presente como una respiración.
Sin la menor duda, La Compañía respira escucha, tanto interna como externa. Una escucha activa, paciente, inteligente, para poder adaptarse a las necesidades de cada individuo, de cada situación y mantener una comunicación fluida en todo momento. Escucha para poder seguir los impulsos, para aguardar, rectificar, para ver por donde continuar.

La Compañía es tiempo y espacio, es aprender a ejecutar momento a momento, con toda la atención puesta, con los cinco sentidos. La Compañía es comunicación, curiosidad, esmero, empeño, alegría, concentración...
La Compañía es Sara Torres, Gustavo Palacios, Nico Alcalá.
Y Beltrán, Carola Rodriguez, Wendy Espinal, Isidro Romero.
Tambien lo son Marina Urgel, Bob McAndrew, Laura Cepeda, Alicia Perez, Stephen Bayly, Miguel Pittier.

Pero ante todo, La Compañía es Eduardo Milevicz, maestro incombustible, emprendedor, constante, seguro, atento, íntegro. Movido por su pasión al arte y por un fuerte sentido de compromiso social, nos abre las puertas a su experiencia, sabiduria y sus ganas de seguir descubriendo.

Mi enhorabuena y mi agradecimiento a La Compañía por descubrirme el juego del trabajo en equipo. Con la mejor compañía.


Lorena rcarrillo

PITTIER: INNOVADOR


Cuando terminé la carrera de Arte Dramático siempre nos decían y estoy totalmente de acuerdo, que un/a actor/actriz tiene que seguir en constante entrenamiento y así evolucionar, crecer y estar más preparado. Pues en esta carrera, nunca dejes de aprender.
Hace cuatro años que formo parte de una compañía de teatro, donde disfruto cada instante, cada momento que estoy en el escenario y hago lo que realmente me gusta interpretar, pero en mi afán de seguir aprendiendo y evolucionar como actriz, quise buscar otras ramas de la interpretación, como la televisión o el cine, que también me atraen mucho, y fue cuando llego a mis manos la información del seminario de cine y teatro dirigido por Miguel Pittier.
Tras leerlo, no dude ni un segundo en hacerlo, cine y teatro, una combinación diferente y especial, algo que nunca se ha visto aquí, incorporar escenas consagradas del cine al teatro, algo que yo, no quería perderme.
Llevamos dos semanas de clases y no me arrepiento de mi decisión, además
de la acogida tan buena que recibí desde el primer momento por parte de
La Compañía, me gustan mucho las clases, me encanta la forma que tiene
Miguel de dirigirlas, porque son muy completas, es un entrenamiento buenísimo para un/a actor/actriz, me hace recordar técnicas y volver a poner en funcionamiento la imaginación y la creatividad que con el tiempo tenia olvidada, hace que todo sea más fácil, en cuanto te da una pauta, para algún ejercicio o improvisación, observa y analiza cada momento de cada uno de nosotros, para dirigirnos de la forma que cada uno necesita, y con disciplina y orden, hace que las clases sean muy enriquecedoras y juntos con mis compañeros, se crea un ambiente muy acogedor, creo sinceramente que este proyecto tendrá mucho éxito, pues tenemos mucha ilusión puesta en él, es algo innovador y lo podréis ver en el mes de Octubre y disfrutar junto con nosotros de este proyecto.


Mónica Díaz

NO SIN MI VIDEOBOOK...







El actor (con el permiso de los músicos) es el único profesional que a la hora de buscar trabajo necesita algo más que su curriculum y fotos como carta de presentación. La empresa contratante le exigirá siempre en imágenes, un “resumen resumido de su vida laboral” condensado en un pequeño formato digital, al que llamamos videobook.

El videobook es tan importante para el actor, como es su imagen corporal, su buen hacer en los castings, su representante, o su agilidad física y mental. El videobook será su vínculo de unión con esas 20 personas elegidas por las productoras, para decidir que actor está arriba y quien abajo, quien hace cine y quien no, quien encaja en tal producto o quien habita en el olvido (quizás no tanto). Me estoy refiriendo a: LOS DIRECTORES DE CASTING.

Las estanterías de los distintos directores de casting (Tonucha Vidal, Carlos Manzanares, Amado Cruz, Carmen Utrilla o Luis Gimeno) están decoradas con miles y miles de videobooks, que en un momento dado pasan de la estantería a la mesa de un determinado director, que lo elige como protagonista o secundario de alguno de sus trabajos. Muchos de vosotros ya sabéis (de sobra) de lo que estoy hablando.

Ahora La Compañía Cine organiza su primer CURSO ESPECIAL DE VIDEOBOOK Realizado por:

Eduardo Milewicz , Sara Torres y Gustavo Palacios

“Dirigido a actores y actrices que deseen realizar o actualizar su videobook”.

Estos tres profesionales (ya de sobra conocido por vosotros), pondrá todo su arte y toda su energía para que los actores participantes no solo obtengan un “gran videobook”, también para que durante todo el proceso de rodaje y preparación, cada uno de los integrantes del grupo perfeccione su técnica y se sienta satisfecho del material que a partir de entonces entegará.


Isidro Romero

De Actores



El mundo audiovisual era un gran desconocido para mí. Siempre pensé que era ACTRIZ DE TEATRO, que no era fotogénica y que nunca, nunca podría dedicarme a la rama audiovisual. No podía estar más equivocada.

Hace dos años empecé a interesarme por este modo de interpretar, buscando experiencias nuevas y sin mucha confianza en mi talento frente a cámara (me daba un miedo terrible).

Pero pronto me di cuenta de que este mundo tiene que ver con el talento, pero, en mayor medida, está relacionado con el trabajo duro, con el conocimiento de uno mismo y con la confianza en el trabajo bien hecho, amén del compromiso con la profesión, con lo que verdaderamente significa ser actor y con la defensa de todos los proyectos que tenga uno por realizar.

A base de repetir ejercicios, de ver cómo trabajaban los compañeros, de visionar la sesión del día y de llevar mi propia cámara para grabar las clases, se fue despertando mi interés por lo audiovisual, fui reconociendo la dimensión del famoso cuadro y teniendo conciencia de las imágenes que, dentro de él, se podían llegar a crear, me fui reconciliando con mi propia imagen (llegar a ser objetivo con uno mismo es un descanso); a medida que fui entendiendo el código audiovisual, el lenguaje pasó de ser reproducido y entendido en mi cabeza, a ser sentido y expresado por el cuerpo, de forma automática (todavía no del todo, pero vamos avanzando), lo cuál es un alivio y a la vez muy gozoso.

Poco a poco se van incorporando los conocimientos y se van viendo los resultados en las grabaciones, y, a medida que reconozco la incorporación del código en mi trabajo, se van disipando los absurdos miedos que sólo ponen freno a lo creativo, y las peligrosas dudas que no nos permiten avanzar en el riesgo de conseguir lo que realmente queremos en esta vida.

El proceso es largo, sospecho que dura toda la vida, pero, después de ponerle conciencia a todo esto, y sabiendo que me queda un largo camino, ahora puedo decir que sé que soy ACTRIZ, sin más apelativos, y que me gusta serlo.


Sandra de Winter.-


 

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