A la salida de un sonado estreno teatral en Madrid, el mes pasado, estando en el bar del teatro, escuchaba a un grupo de actores-estudiantes que, a cuento de comentar el espectaculo, proferian insultos, muy teatrales por cierto, a las escuelas stanislavskianas y a sus actores.
Los descubrimientos de Stanislavsky y su significado, junto con la perspectiva y la experiencia que aportó el Método del Actors Studio aportan por primera vez una base concreta para entender la creatividad del actor, dando las bases para una formación sistemática. En una sociedad que enfatiza los perfiles intelectuales, siempre han quedado de lado los aspectos emocionales, afectivos y sensoriales. Por lo cual no sólo ayuda al actor, sino que podría mejorar la vida del ser humano en general. El método es el resultado de las diferentes intentos de descubrir un sistema válido para la formación de un actor capaz de vivir con realidad y verosimilitud bajo las circunstancias imaginarias de una obra de teatro. Un proceso que fue apuntado por Stanislavsky y los miembros del Arte de Moscú y que se ha prolongado durante los últimos 100 años, aunque muchos critican un exceso de psicologismo. Es cierto que interviene algo de esto, sobre todo en el desarrollo que han hecho de este sistema ciertas escuelas sectarias y lucrativas. La mayor diferencia entre el Método y el acercamiento de la psiquiatría o la psicología, radica en que estas disciplinas buscan aflorar las conflictos y traumas del ser humano para erradicarlos, mientras que el Método trabaja con las emociones del ser humano para ponerlas al servicio del arte de interpretar. Ahora bien, insto a los actores a leer la obra de Stanislavsky de primera mano, y a contextualizarlo en la epoca de la revolucion rusa de fines del XIX. Tambien me gustaria que leyeran a todos los maestros y teoricos del teatro que han marcado el siglo XX. Finlamente, me gustaria encontrar que los actores esten formados en varias disciplinas, actores cultos, curiosos, inquietos, abiertos, que puedan ser eficaces en los requerimientos de esta controvertida epoca. Y, por ultimo, me gustaria decir que la famosa polemica "Stanislavsky sí versus Stanislavky no" es tan inutil como anacronica. Ha sido superada ampliamente por las demandas mucho mas complejas del siglo XXI. Algunos viven en el siglo XX sin saberlo.
Sara Torres
Sara Torres
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